divendres, 19 d’abril del 2019

De-generation fairy tales: @Red_Hood05

Había una vez, una mamá que trabajaba muy duro. Desde pequeña le habían enseñado que una mujer lo podía todo si se lo proponía, y se lo tomó al pie de la letra. Ella lo daba todo por su familia, por su trabajo, por sus amigos… Y cuando decimos que lo daba todo es que, en fin, siempre estaba muy ocupada. Los pocos ratos libres que tenía, siempre estaba leyendo revistas, libros, blogs y webs de cómo ser la mejor mamá, la mejor hija, la mejor esposa, la mejor trabajadora, la mejor amiga, la mejor ama de casa.
Pero tras un día especialmente agotador y siguiendo el consejo de una de las revistas para super-mamás, la mamá decidió quedarse unas horas extra en la oficina para terminar una presentación que, pese que no afectaba a su departamento para nada, le podía hacer ganar algunos “puntitos extra” delante del jefe. Y el caso era que no le daba tiempo a pasar por casa para llevarle la medicación a su madre enferma.
Esta historia, sin embargo, no trata sobre una super-mamá, si no de @Red_Hood05, y empieza con una llamada.
- ¡Hola mamá! - dijo @Red_Hood05 tras bajar el volumen de la tele.
- ¡Hola cariño! ¿Está papá por ahí?
- No, ha ido a acompañar a la peque a taekwondo.
- Ostras, cierto… - la mamá se quedó unos instantes pensativa y, al poco, dijo: - ¿Me podrías hacer un favor?
- Bueno, puedo intentarlo… - @Red_Hood05 se movió acompañando el mando de la Play para esquivar a un orco.
- Tenía que ir a casa de la abuela a llevarle la medicación, pero saldré tarde de la oficina. ¿Podrías llevársela tú?
@Red_Hood05 puso la pantalla en pausa.
- Casa de la abuela está en la otra punta de la ciudad…
- Lo sé cielo, pero la necesita para antes de cenar, y yo no sé a qué hora llegaré. ¿Podrías llevarle también el tupper de canelones? Seguro que le hace mucha ilusión.
- Bueno, aún es temprano…
- ¡Muchas gracias amor! Llévate también las llaves de casa la abuela, que ya sabes que a veces le cuesta levantarse. Si tienes algún problema, llámame en seguida, a mi o a papá. ¡Te quiero!

La mamá colgó antes que @Red_Hood05 pudiese decir nada más. Con resignación, puso la videoconsola en standby y apagó la tele. Cogió la cutre nevera de playa y puso el tupper de los canelones dentro junto con la medicación de la abuela, un bote de pastillas en una bolsa hermética. Se puso su chaqueta roja, comprobando que tenía la cartera y el ticket de metro con sólo dos viajes (suficientes para ir y volver), y comprobó que el móvil tuviese bastante batería. Se puso los auriculares inalámbricos, cogió las llaves de casa y las de casa la abuela, y cerró la puerta al salir.
El viaje le tomaría casi una hora. La mayor parte del camino podía hacerse en metro, pero luego el piso donde vivía su abuela estaba a unos minutos de la parada. @Red_Hood05 puso una de sus listas de música favoritas en el móvil y, con la capucha puesta, se quedó en un rincón del vagón pensando en cómo pasarse la dichosa pantalla del videojuego. Por ello no prestó atención a que se había equivocado de parada hasta que no salió a la calle y se vio en una zona desconocida. Entró de nuevo al metro y pidió al personal que le dejasen entrar, pues se había equivocado de parada; el trabajador que le atendió le dijo que volviese a picar, pero a @Red_Hood05 sólo le quedaba un viaje en el ticket y no tenía suficiente dinero para comprarse otro. Así que salió del metro, encendió el GPS del móvil y descubrió que estaba a casi 20 minutos a pie del barrio de su abuela.
“Vaya faena”, pensó. Estaba anocheciendo, además, y no le gustaba aquel barrio. Había oído historias bastante feas sobre aquella zona y espabiló en salir de ahí. Sin embargo, cuando llegó a un parquecillo siguiendo las indicaciones del teléfono, se encontró a unos conocidos del instituto. Era un grupo de chavales de un par de cursos más, los típicos que siempre armaban bulla y, de hecho, durante un tiempo se habían estado metiendo con @Red_Hood05. Pero eso sólo fue cuando Lobo aún iba a clase, luego dejaron de molestarle. Por si acaso, no obstante, trató de que no le vieran.
- ¡Eh, @Red_Hood05! ¿Eres tú?
@Red_Hood05 aceleró el paso, ignorándoles, pero alguien le cogió por detrás de la capucha. Era el propio Lobo.
- ¡Sí que eres tú! ¿Qué haces por este barrio?
- Yo, nada… Sólo tenía que hacer un recado. Pero ya me voy.
Lobo, un muchacho enorme cercano a la veintena que había decidido un tiempo atrás dejar las clases, le pasó el brazo por detrás de la espalda y le arrastró hasta el resto del grupo.
- ¿Sabes que sigo tu canal de Youtube? - dijo Lobo.
- ¿En serio? - respondió @Red_Hood05 con suspicacia.
- ¡Pues sí! La verdad es que todos te seguimos, ¿verdad chicos? - el resto de muchachos asintieron con algo semejante a un berrido - Ibas a la tienda de videojuegos antes de que la cierren, ¿verdad que sí? ¡A aprovechar los descuentos!
- No, iba a casa de mi abuela…
- ¡A casa de tu abuela! Claro, claro… - todo el grupo se rió.
- No, en serio, me he saltado una parada de metro y he salido aquí.
Los muchachos seguían riéndose, pero Lobo parecía creerle.
- ¿Dónde vive tu abuela? - preguntó.
Con indecisión, @Red_Hood05 le enseñó la pantalla del móvil con el marcador en la casa de su abuela. Lobo le echó una ojeada y dijo:
- Pues te queda un buen paseo. Y mira, la tienda está justo aquí - el joven señaló con el dedo un punto en la pantalla, a una calle del parque -. Puedes pasarte dando un pequeño rodeo, y luego es todo recto hasta casa de tu vieja.
- No puedo, tío. No llevo pasta encima, 3€ como mucho.
- Con eso seguro que tienes para algún descuento. ¡Venga, eres @Red_Hood05! Seguro que con sólo decir que tienes un canal especializado en videojuegos te hacen alguna oferta guapa.
- Mola la idea, pero en serio que hoy no puedo. Quizá pueda venir mañana, o el finde
- Entonces no sé si estará abierta aún. En el cartel ponía que estaban de liquidación.
- ¡Venga, @Red_Hood05! - dijo otro chaval conocido como Cordero, señalando con el dedo una calle - ¡Son sólo unos metros! No perderías mucho tiempo.
@Red_Hood05 siguió la dirección con la mirada y, efectivamente, había una tienda que parecía corresponderse con la de videojuegos.
- Luego es sólo seguir la calle, ¿no? - preguntó.
- Sólo seguir la calle - aseguró Lobo.
Suspiró, comprobó que la cartera seguía en su sitio en la chaqueta roja y, tras despedirse del grupo, @Red_Hood05 anduvo hasta la tienda de videojuegos en liquidación. Era un local pequeño pero acogedor; el dueño, un señor mayor que parecía estar a punto de jubilarse, estaba recogiendo ya, pero le dejó echar una ojeada. En verdad había ofertas muy buenas, como le había dicho Lobo, y podía comprarse algo con los pocos euros que llevaba, pero @Red_Hood05 no se decidía. Finalmente, llegó al mostrador con varias cajas con la esperanza de que el dueño le aconsejara. No obstante, el anciano le miró con cierto fastidio.
- Decídete ya, que voy a cerrar.
- Es que no sé cual llevarme.
- Por el precio, podrías llevártelos todos.
- Ya, es que… no llevo mucho encima. Pero tengo un canal de Youtube, quería probar alguno que pudiese romperlo, ¿sabe? - y @Red_Hood05 le enseñó algunos vídeos al dueño de la tienda desde su propio móvil.

Al cabo de media hora, salió con tres videojuegos en una bolsita de cartón. Eran de segunda mano, pero @Red_Hood05 no los había jugado aún. La pena era que esa tienda cerraba al día siguiente. Consultó la hora en el móvil y se dio cuenta de que era muy tarde y, lo que era peor, que apenas le quedaba un 20% de batería. Se dio prisa en ir a casa de su abuela esperando poder cargarlo un poco para luego volver a casa.
Por suerte, Lobo no le había mentido tampoco y el camino era recto tras salir de la tienda. Cuando llegó al portal, rebuscó en su chaqueta, pero no encontró las llaves de casa de su abuela. Abrió la nevera y buscó en su interior; el tupper y la medicación seguían frescos, pero no había rastro de las llaves. Llamó al timbre y, al cabo de poco, escuchó una voz al otro lado.
- ¿Sí? ¿Quién es?
A @Red_Hood05 le pareció que era extraña. Sonaba a persona mayor, pero no era la de su abuela.
- ¡Abuela, soy yo! Te traigo la medicación.
- ¡Oh, ya me la han traído unos chicos muy majos!
Y oyó una risita de fondo.
- Lobo, ¿eres tú? ¡Ábreme!
- ¡Oh, @Red_Hood05! - el del otro lado seguía con la voz de falsete - Tendrías que haber venido enseguida a ver a tu abuelita enferma.
- ¡Que me abras!
@Red_Hood05 empujó la puerta con fuerza, pero sólo consiguió que vibrasen los cristales. Volvió a llamar al timbre, pero esta vez nadie contestó. Apretó otros botones con la esperanza de que le abriera algún vecino, pero sólo contestaron para increparle.
- ¡Por favor! ¡Han entrado en casa de mi abuela! ¡Déjeme pasar! - imploraba @Red_Hood05.
- ¡Iros a la mierda, gamberros! - replicaba un vecino.
Con desesperación, @Red_Hood05 cogió su móvil. Apenas un 15% de batería. Estuvo a punto de llamar a su madre, pero sabía que ésta no llegaría a tiempo, así que llamó a emergencias.
- Emergencias, dígame.
- ¿Hola? Alguien ha entrado en casa de mi abuela. ¡Creo que le han hecho daño! ¡Por favor, envíe una patrulla!
- ¿Esto es una broma?
- ¡No, joder! ¡Mi abuela está en peligro! Su casa está en…
Y dio justo tiempo para que @Red_Hood05 diese la dirección antes de que se apagase el móvil. “¡Mierda!”, quiso gritar, pero se conformó dando un nuevo golpe a la puerta, aún más fuerte. Esto pareció alertar a algún vecino de los pisos bajos que se asomó al portal.
- ¿Se puede saber qué te pasa?
@Red_Hood05 alzó la mirada, con incipientes lágrimas en los ojos.
- ¡Por favor, déjeme entrar! Llevo la medicación para mi abuela, pero me han robado las llaves y han entrado en su casa.
- A la policía es a quien voy a llamar si sigues dando esos golpes.
- ¡Sí, por favor! ¡He llamado a emergencias, pero se ha cortado y no sé si les ha llegado!
Aunque indeciso, el vecino se acercó a la puerta y abrió. @Red_Hood05 corrió escaleras arriba al piso de su abuela, y se encontró que la puerta estaba aún abierta con la llave puesta. Prestó atención, pero no oía nada, por lo que entró con mucho cuidado. Dejó la nevera sobre la mesa del pequeño salón junto con los videojuegos y entonces vio la gran sartén en el suelo, en medio. La cogió con cuidado y se dio cuenta que tenía una buena abolladura. En silencio y con el cuerpo pegado a la pared, fue deslizándose hasta la habitación de la abuela, encontrándola en la cama y tapada hasta arriba por la colcha. Sin soltar la sartén, se acercó hasta ella y le rozó el hombro con la mano.
- ¡Hola abuela! Te he dejado la medicación sobre la mesa, ¿te la traigo?
La abuela no contestaba.
- ¿Abuela? - @Red_Hood05 se fijó entonces en cuan larga era la figura de la cama -. Abuela, qué brazos más largos tienes…
- Son para abrazarte mejor - dijo la anciana, mirándole de soslayo.
- Y qué ojos más grandes tienes…  - dijo @Red_Hood05, dándose cuenta del cambio.
- Son para verte mejor - respondió la supuesta mujer, haciendo amago de incorporarse.
- Y qué nariz más grande tienes… - @Red_Hood05 apretó el mango de la sartén.
- Es para olerte mejor…
- Y qué barba más arreglada tienes…
- Es para…
A Lobo no le dio tiempo a terminar la frase, pues el segundo sartenazo de la tarde le impactó en todo el morro.
- ¡Abuela! - gritó @Red_Hood05, apartándose del furibundo Lobo - ¡Abuela, dónde estás!
De repente, @Red_Hood05 sintió que alguien le cogía por detrás y le apresaba con fuerza. Era Cordero, el compinche de Lobo.
- ¿No tenéis vergüenza, atacar así a una anciana?
- ¿Quién ha dicho de atacar a nadie? - dijo Lobo
El joven se levantó de la cama, algo tambaleante, mientras se quitaba el gorro y se palpaba el mentón dolorido. Se acercó a @Red_Hood05 y le propinó un derechazo que le derribó al suelo y a punto estuvo de arrastrar a Cordero.
- Que seas tan imbécil como para dejarte robar no es mi culpa - dijo Lobo.
- Y te hemos ahorrado encontrarte a tu abuela fiambre - dijo Cordero, señalando la cocina.
- ¡¿Qué?! - respondió @Red_Hood05 desde el suelo.
- ¡No me jodas, Cordero! ¡La anciana aún estaba viva!
@Red_Hood05 se levantó, esquivó a los otros dos, y fue al lado de su abuela, en el suelo de la cocina. Estaba muy blanca y débil, y tenía un feo chichón en la cabeza; sin embargo éste no parecía ser el causante de su estado. Entonces @Red_Hood05 se acordó que la anciana tenía que haberse tomado la medicina hacía como media hora. Se levantó y corrió hacia el salón, pero Lobo le bloqueó el paso; Cordero estaba curioseando la nevera.
- ¿A dónde vas? - dijo Lobo.
- La medicina, está en la nevera… - dijo @Red_Hood05 - Está enferma del corazón. Le habéis dado un susto de muerte, joder.
- Cordero, dale la medicina - dijo Lobo.
- ¡Canelones! ¡Hoy cenaremos bien!
- ¡Cordero, la medicina!
- Ya voy… - el muchacho sustrajo de la nevera el bote - Las tiro, por el water, ¿no?
- ¡Pero qué mierda… Cordero! ¡Dáselas a @Red_Hood05 para que se las dé a la vieja!
- ¿No aceptas una broma?
- ¡Que traigas la medicina, te he dicho! - Lobo alcanzó a Cordero y trató de quitarle el bote, pero éste se zafó de su colega y llegó hasta el baño, donde estaba la tapa abierta.
- ¡Tú antes molabas!
Cordero abrió el bote, vertiendo poco a poco las pastillas en la taza del water ante la estupefacta mirada de Lobo y de @Red_Hood05.
- ¡Pero qué haces! - gritó Lobo.
- Te has ablandado, tío… - dijo Cordero.
Y de repente un bulto rojo se le echó encima. @Red_Hood05 había cruzado sin pensarlo la distancia que le separaba de Cordero y lo embistió con tal fuerza que cayeron a la bañera. Como pudo, @Red_Hood05, le quitó el bote a Cordero, aún con unas pocas pastillas. Se había hecho daño en la rodilla y prácticamente se arrastró fuera del baño. Por su parte, Lobo cogió una bolsa y se afanó en largarse del pisito, aunque no llegó muy lejos: unos agentes entraban ya por la puerta que había estado abierta en todo momento.
Aún sin tener demasiado claro qué había pasado, detuvieron a Lobo y llamaron a una ambulancia cuando vieron los cuerpos de la abuela y de Cordero. De esto @Red_Hood05 no era consciente, porque tras darle la pastilla que quedaba en el bote a su abuela, se quedó al lado de ésta hasta que llegaron los paramédicos.

La abuela estuvo en el hospital durante una semana, pero esto no fue lo peor. Cuando @Red_Hood05 contó toda la historia desde el principio, los policías llamaron a asuntos sociales que amenazaron en denunciar a los padres de @Red_Hood05 si se producía un nuevo caso de abandono. Y es que @Red_Hood05 tenía sólo 13 años. La mamá se dio cuenta que había cosas que no podía abarcar, así que pidió una reducción de jornada en el trabajo, al menos hasta que la abuela se recuperase. El jefe, no obstante, decidió que era mejor para la mamá y para la empresa despedirla ya que era del tipo de personas que pensaban de verdad que había que darlo todo por el trabajo.
Ante este brutal cambio, la mamá recapacitó sobre su vida y sus prioridades. Analizó su situación en la empresa y se dio cuenta que, tras 20 años en ella, sus responsabilidades habían aumentado pero no su cargo ni su sueldo ni sus derechos. En resumen, ella lo había dado todo por la empresa, pero por ello estuvo a punto de perder a @Red_Hood05 y a su propia madre. Tiró a la basura las revistas y los libros de consejos para super-mamás y los sustituyó por libros de derecho laboral y, cuando estuvo lo suficientemente segura sobre a lo que se enfrentaba, denunció a la empresa. Al cabo de unos días, llegó ante los tribunales un informe negativo sobre la inspección de trabajo de dicha empresa. Resultaba que en el país donde ocurre esta historia está prohibido hacer horas extras en el trabajo, y también se obliga a las empresas a tener un plan de conciliación para sus trabajadores.
Así, con la remuneración que recibió la mamá de @Red_Hood05 por la denuncia, montó una tiendecita de videojuegos. Y es que, con el tiempo libre, la mamá había redescubierto esta afición, que abandonó cuando inició su carrera en su anterior empresa.

FIN

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada